Hermanos de la Aurora de Priego de Córdoba
Los inicios de esta Venerable Hermandad se remontan al año 1980 cuando quedó constituida como Hermandad del Santo Rosario en la Iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción, como era preceptivo por
aquellos años y dedicándose a ésta, el altar lateral del lado del Evangelio. En el siglo XVII la encontramos ya constituida en la ermita de San Nicasio, con el título de Congregación del Santo
Rosario. El libro más antiguo de cabildos que se conserva en el archivo de la Hermandad comienza en el día primero del año 1696. La Hermandad se designa con el título de Ntra. Sra. del Rosario y
tres años más tarde en 1699 con la constitución como Hermandad de la Aurora, siendo pues el año 1699 el tomado por la Hermandad como año de la constitución como Hermandad de la Aurora. Poco
tiempo después se perdió definitivamente la denominación de Hermandad de Ntra. Sra. del Rosario. El libro primitivo de las constituciones se perdió a los pocos años por lo que se ignora quienes
fueron sus fundadores y la fecha exacta de su fundación.
En el año 1706 se había acordado que en atención a la necesidad de la Hermandad de hacer una imagen de talla de Ntra. Sra. de la Aurora para que, "sirva de aumento de la devoción de dicha
Hermandad, porque la imagen que hoy hay es la de Ntra. Sra. del Rosario y no ser la advocación del nombre de dicha Hermandad". Así pues, D. Antonio Alegre, hermano mayor y D. Francisco Valdivia,
celador, fueron a la ciudad de Granada y ajustaron el costo de la imagen. La remodelación artística de la ermita data del año 1711, fecha en la cual el hermano mayor D. Bartolomé Madrid, acuerda
hacer un retablo, para el altar de la Virgen. La terminación de las obras fue en el año 1772, fecha que figura en la cornisa de la portada.
Esta Venerable Hermandad realiza muchas y muy entrañables actividades, entre todas ellas podemos destacar claramente tres:
- El Jueves Santo, realiza un solemne traslado del Santo Cristo de Ánimas, una talla del siglo XVI, ante la cual se dice oró San Juan de Ávila, durante su larga estancia en Priego, y que un grupo
de hermanos rescataron del olvido secular e instauraron unos turnos de vela que son visitados por miles de prieguenses durante toda la noche del Jueves Santo, el Santo Cristo es puesto en un
altar rodeado de velas en completa oscuridad.
- La semana en la cual recae el día 12 de Septiembre, festividad de la Virgen de la Aurora, donde sale en procesión la venerada imagen de Ntra. Sra., previo a un Septenario de preparación y una
curiosa subasta de moñas de jazmines con cadenas, trenzadas por las mujeres de la Hermandad cada tarde antes del Septenario.
- La Ronda musical de los hermanos de la Aurora, último vestigio de los rosarios públicos que todavía hoy se conserva en nuestra ciudad, desde la primera fecha de fundación de la hermandad,
saliendo todos los sábados del año, a eso de las doce de la media noche, ataviados con capas en el invierno y sombrero cordobés, cantando las coplas a la Virgen invitando a venir a rezar el
Rosario de la Aurora y dando piropos a la Santísima MADRE DE DIOS DE LA AURORA, con bandurrias, laúdes, flauta, guitarras, pandereta y campanillas, así como cualquier otro instrumento musical que
se quiera sumar, además de las voces de sus peculiares "hermanos de la Aurora". La Hermandad además tiene en su custodia la Reliquia de San Nicasio, Patrón de la Ciudad de Priego y organiza todos
los años la misa del Santo Patrón en nuestra ermita. Por todo esto la hermandad ha sido la primera en la ciudad de Priego de Córdoba en recibir por parte del Excelentísimo Ayuntamiento de nuestra
ciudad, la MEDALLA DE PLATA, en el año 2005.
Salvador Calvo López
Presidente de la Agrupación General de Hermandades y Cofradías de Priego de Córdoba
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Las Coplas y la Música de los Hermanos de la Aurora de Priego de Córdoba
Data la Hermandad de Nuestra Señora de la Aurora de Priego de Córdoba del año 1696 y tiene su sede canónica en la iglesia de su nombre, antigua ermita de San Nicasio, Patrono de la ciudad. Desde
aquella remota fecha sus miembros - los Hermanos de la Aurora - han tenido como objeto principal la devoción a su bella imagen titular labrada en 1707 por el famoso escultor granadino José de
Mora y como una de sus manifestaciones externas y más emblemáticas de culto al canto de sus coplas por las calles de la población. El origen de la Hermandad pudo deberse a la influencia de la
predicación y práctica rosariera del P. fray Pedro de Santamaría Ulloa en la Sevilla de finales del siglo XVII, ciudad con cuyo puerto la villa de Priego mantenía un intenso comercio de sedas y
tafetanes, vía América. La Hermandad tiene, por tanto, más de 300 años de antigüedad, y continúa su práctica devocional, hundiendo sus raíces en la más acendrada tradición. Su secuencia temporal
queda vinculada a la mentalidad del Barroco, arte y movimiento enriquecedor de su acervo espiritual, además de típico espacio sonoro grupal.
Las Coplas
Las denominadas "coplas" o "canciones" de la Aurora, en gran parte de origen anónimo popular, son, sin duda, de gran interés para el conocimiento de numerosos aspectos no solo religiosos, sino
también antropológicos, sociales, etnográficos, literarios y musicales. Ya lo dijo el poeta Manuel Machado: "hasta que el pueblo las canta, / las coplas, coplas no son, / y cuando las canta el
pueblo / ya nadie sabe su autor".
La copla se compone desde su más rancio origen por una estrofa de 7 versos, a su vez formada por una cuarteta cuyos versos 1º y 3º son decasílabos y el 2º y 4º asonantados, dodecasílabos. Y
enlazando con la cuarteta, un estribillo o saetilla compuesta por 3 versos, el 1º de 6 sílabas, el 2º de 10 y el 3º de 12, asonantados igualmente el 1º y el 3º con el último de la cuarteta.
La documentación contemporánea en el Archivo de la Hermandad nos refiere que la misa y el rosario eran los "ejercicios" que se frecuentaban desde sus orígenes. Intuimos que las coplas bien
pudieron ser el complemento, que a medida que fue avanzando el tiempo, fue enriqueciendo la procesión, cantando el primer coro la mitad del Ave María o Pater Noster, y correspondiendo el común
con la otra mitad en el mismo tono gravísimo y agradable al oído. Alude el texto al canto acompasado de los misterios del Rosario, en latín, tal vez, o en castellano, a cuyo final pondrían su
contrapunto las coplas populares en castellano. La multiplicidad formal de intervención de los cantores, el propio cortejo o parte de él, formando coro daba a la comitiva gran atractivo, sobre
todo cuando a la voz del primero (el cortejo), responde el segundo (el coro) entonando los estribillos de las coplas. El origen de las coplas incorporada al cortejo puede fijarse en torno a los
años finales del siglo XVII o principios del XVIII, es decir, contemporáneo con la eclosión del rosario cofradiero que desde Sevilla se extendió como un reguero de pólvora por Andalucía y otras
regiones españolas, y como modelo plural de basta implantación. Como subraya Carlos Romero Mensaque, el máximo experto en la materia, Sevilla forjó - y forzó - la estética externa del Rosario con
una estructura mínima en la que la copla fue uno de sus elementos principales. Los faroles portados por los fieles alumbraban la comitiva, y en particular a los coros de cantores situados en su
recorrido y abarcando sus extremos.
La extrapolación de la estructura de la copla al mundo del flamenco y su popularización por las Niñas de la Puebla por los años 30 del pasado siglo, tomando como modelo la famosa tonadilla "a la
puerta de un rico avariento" la ha difundido aún más, siendo hoy sus versiones numerosísimas como cantos de campanilleros en Navidad. Otros artistas después han seguido su pauta con bellas y
sencillas interpretaciones. Entre ellas cabe citarse a Juan Barea, El Agujeta, José Mercé y José Menese.
La Música y los Instrumentos
Desde tiempo inmemorial diversos instrumentos musicales vienen acompañando a las coplas. Cualquier tipo de música le conviene al Rosario, se decía ya en el siglo XVIII. En particular el bajón que
es el que corresponde al tono serio, grave y majestuoso de las coplas. Para hacer más festivos y ostentosos estos actos públicos procesionales la norma se hace eco de la costumbre. Los cortejos
se acompañan de instrumentos de viento y de percusión, excluido el tambor por ser de incumbencia militar. Músicos de voz y de instrumentos hacían más fervoroso y lucido el Rosario que todas las
noches se cantaba por las calles.
Voces y música son - aún hoy - los elementos sustanciales de la procesión cofradiera del rosario público prieguense, cuyo modelo es así mismo extrapolable históricamente a numerosas poblaciones,
que conservan - aunque bastante atenuada - esta tradición. La singularidad local de Priego sigue siendo su perenne actualidad y perseverancia. Los Hermanos de la Aurora de Priego continúan
saliendo todos los sábados del año a partir de la media noche por las calles de la ciudad iniciando su ronda con sus inveteradas coplas, ataviados en invierno con capas provistos de guitarras,
bandurrias, laúdes, violines, saxofones, flautas, triángulos, acordeones, castañuelas, trompas, cornetines, bombardinos y, sobre todo, campanillas. El Rosario admite cualquier clase de
instrumento musical. Sus cantos, sones y melodías - las coplas - "con caracteres de marcha triunfal, a veces, con dejos y ternuras cariñosas hacia el final, con inspiración netamente popular,
sana y verdadera", como apuntara el obispo Fray Albino Menéndez Raigada, sugestionado por la melodía que oyera en una de sus estancias en Priego, suscriben en la memoria del tiempo la existencia
de una caquetesis atávica que sigue teniendo, amén del mensaje mariano, un gran reconocimiento público. Denota el espíritu del Rosario, que la práctica devocional lleva implícito, pero sobre todo
constituye una prueba evidente de su aceptación generalizada por todas las capas sociales de la población.
El reconocimiento oficial por la Excma. Corporación Municipal a los Hermanos de la Aurora integrantes de la más popular Hermandad prieguense, concediéndole en el año 2005 la Medalla de Plata de
la Ciudad, no sólo es razón de obligado homenaje, sino de la más estricta justicia, que se administra compensando los méritos que singularmente han contraído en tan dilatado período de
tiempo.
MANUEL PELÁEZ DEL ROSAL
Cronista Oficial de la Ciudad
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Cuando en noviembre de 1998 mi entrañable amigo Antonio Bermúdez me comentó la idea de celebrar el III Centenario de nuestra querida Hermandad de la Aurora de Priego dentro de los actos del mismo
se nos ocurrió la idea de "plasmar" la música de los "Hermanos de la Aurora" en una partitura definitiva con arreglo a instrumentación para Banda de Música. Al mismo tiempo la idea tenía el
aliciente de rescatar entre otras cosas pasajes musicales como el contrapunto del Bombardino que hacía décadas que no se escuchaba en las rondas sabatinas, así como poner un orden armónico en las
dos voces principales cantables, añadiendo una tercera voz más en la tesitura de "Bajo" al coro masculino de estos Campanilleros Prieguenses. Así pues me vi envuelto en una tarea fatigosa que me
fue aliviada en modo gracias a mis largos años de "Campanillero" dentro de la propia Rondalla, conociendo prácticamente en su totalidad la armonía, voces y características propias de la
musicalidad en sí de los "Hermanos de la Aurora"; también me remití a un trabajo anterior de D. Alonso Cano en 1978 y que ilustraba la contraportada del libro "Cancionero Popular del Rosario de
la Aurora" de D. Manuel Peláez del Rosal. Esta contraportada, como digo, tenía una transcripción de la melodía principal que después de un profundo análisis y una investigación sobre las
distintas partes fuertes y débiles me llevó a la conclusión de que no tenía una concordancia exacta sobre la melodía popular de los "Hermanos" amén de algunos errores en compases, etc. Después de
meditar y ensayar distintos caminos de compás para que las partes fuertes coincidieran, llegué a la determinación de utilizar el compás de 2/8 para la instrumentación final de la Banda, hay que
tener en cuenta que esta bella y antigua melodía tiene posiblemente sus raíces en la música medieval y gregoriana la cual hace que la melodía sea a veces un poco "Ad libitum".
Después de rescatar el bello pasaje del contrapunto gracias a la ayuda de D. Manuel Cubero y escribir la tercera voz masculina, sacada también después de muchos experimentos polifónicos durante
las rondas sabatinas, solamente quedaba el transcribir toda esta amalgama musical a un guión con las distintas partes instrumentales y vocales respetando armonías, adornos de flautín, segundas
voces, etc., tal y como nos ha llegado a nuestros días.
Quiero recalcar que en todo momento quise que la belleza y profundidad espiritual de estas coplas quedara plasmada en la instrumentación final por lo que usé en mayor medida los tonos "oscuros"
de la Banda dejando en el segundo plano los "Brillantes", siempre respetando la Música original en su modo Popular. Creo en fin que el resultado ha sido en todo caso satisfactorio y creo también
que este trabajo servirá en un futuro para tener una documentación musical exacta de "Los Campanilleros de Priego".
Por otra parte sería ingrato olvidar a mis pequeños y jóvenes "Profesores" de la Banda Municipal de Música de Almedinilla, a la cual yo tengo el honor de dirigir, los cuales se han prestado
desinteresadamente para este trabajo y grabación. Gracias también al Ilmo. Ayto. de Almedinilla por la colaboración prestada y a todas las personas que han apoyado y contribuído a llevar a cabo
este modesto trabajo y grabación que encierra muchos momentos de ilusión, noches sabatinas y alguna "copilla de aguardiente" bajo la luz de la luna.
José Molina Comino