La Virgen de los Dolores también acaparó las miradas de los Almedinillenses en diversos puntos del recorrido.
La mañana del Viernes Santo es uno de los momentos más esperados de la Semana Santa Almedinillense, y de ello han dado fe cientos de fieles, vecinos y turistas que han acompañado a los pasos de Jesús Nazareno y Virgen de los Dolores en su tradicional recorrido bajo un sol radiante que conforme pasaban las horas se hacía más molesto alcanzándose altas temperaturas y obligando a los presentes a buscar las sombras.
Más de un centenar de nazarenos y penitentes de la Virgen de los Dolores con túnicas blancas y negras con capirotes morados y negros y vistosas capas blancas formaban el cortejo procesional junto a devotos y devotas. En esta ocasión, la Banda de Tambores y Cornetas “La Unión” acompañó al Nazareno sobre un monte de claveles rojos y cuatro ramos de flores en sus esquinas, mientras que la Banda Municipal de Música de Almedinilla se colocó detrás del paso de la Virgen de los Dolores bellamente engalanada con ramos de flores blancas y un conjunto de velas encendidas a distintas alturas.
Cumpliendo el horario previsto, la procesión llegó al emblemático lugar del Paseíllo donde el verdor de la Vega del río Caicena y la orografía del Pingorote, Cerro de la Cruz y Las Llanadas recibían el desgarrador canto de la saeta de la malagueña, Virginia Gámez.
Llamaba la atención la gran cantidad de niños (algunos con pocos meses) que, animados por el buen tiempo de esta Semana Santa, han participado en un desfile procesional que concluía pasadas las quince horas.
Tras su paso por la calle Calvario, la Plaza de España aguardaba llena de gente entre los limoneros y la Torre del Reloj como testigo de una estampa de gran belleza, mientras las Agrupaciones musicales interpretaban algunas de sus mejores marchas.
Lo vivido en la Plaza de la Iglesia y antes de su encierro no hay palabras para describirlo. Basta mencionar el encuentro frente a frente del Nazareno y Virgen de los Dolores, el frenesí de las marchas procesionales y canto de la saeta y “Dios te salve” de los componentes de la Banda de Música, la bendición del Nazareno, la levantada de hornazos de niños y mayores, el baile de las imágenes y la “levantá” y vueltas completas de las mismas, junto a los aplausos, los vivas y las lágrimas y emoción de pequeños, jóvenes y mayores.
Noticia extraída de lafuentezuela.com